Llueve
sobre la ciudad, el sonido de las canales, el patio encharcado
gotas de lluvia que golpean persistentemente sobre el cristal de la ventana rompen la placentera monotonía de una tarde de Domingo.
gotas de lluvia que golpean persistentemente sobre el cristal de la ventana rompen la placentera monotonía de una tarde de Domingo.
Una
chica sale de un coche protegida bajo un paraguas y aun así alcanzo a vislumbrar
su hermosa figura, me digo es preciosa, ella viste un conjunto de minifalda
gris con gabardina a juego, unas botas de agua que son mas un accesorio a juego
con su indumentaria que una protección ante las inclemencias del tiempo, pero
que diablos, la hace aun mas sensual si cabe, se dice mientras una leve sonrisa
se dibuja en su rostro.
El
telefonillo del portero suena, y el avanza por el pasillo, nervioso, ansioso de
la llegada, pulsa el botón y escucha como la puerta del portal se abre, cuelga
el telefonillo y abre la puerta de casa sin dar oportunidad a que toque el
timbre… Allí esta ella, hermosa y preciosa como siempre, no ahí lugar a
saludos, solo una breve sonrisa a modo de hola, da paso a abrazos y besos, su
particular modo de bienvenida y despedida, no necesitan palabras, solo el calor
de sus cuerpos y la humedad de labios llenos de amor.
La
tarde languidece, las nubes impiden al astro rey mostrar su esplendor, la habitación
esta en una tenue oscuridad, donde dos
amantes comparten, película, palomitas, manta y sofá…
amantes comparten, película, palomitas, manta y sofá…
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