Me
debato entre la incertidumbre y el desamparo. Hace tanto tiempo que no te beso,
que no bebo de ti; que no acaricio con dedos firmes la comisura de tus labios;
que no te alzo, como sopesándote, que no juego a hacerte cosquillas con la
lengua. Sólo han pasado unos dias, pero para mi se han
convertido en siglos, en una eternidad. Si algo deseo sobre todas las cosas, es
sentir el calor de la palma de tu mano, envolverla de nuevo por completo y el
beso cálido de tu boca.
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